En la última década a nivel mundial se discute si los países deben mantenerse hacia la globalización con carácter humano, generar ciudadanos del mundo, o regresar a la época del proteccionismo oficial y de cerrar fronteras con el fin de supuestamente cuidar lo local.

Y ante una creciente revolución digital e innovadora, pareciera que no prosperaría una tendencia contraria a la inclusión mundial; sin embargo, hay varios ejemplos que optaron por lo contrario, como el Brexit en Inglaterra, con Trump en Estados Unidos y a punto estuvo Francia con una candidata de ultraderecha con inclinación de cerrar fronteras y proteccionista.

Ahora bien, qué es lo que se requiere para prosperar en una nación? Que se erradique y combata eficientemente la corrupción e impunidad, que son las causas de los graves problemas por los que atraviesa México como es la inseguridad, pobreza, estancamiento económico.

Y prueba de ello es que en nuestro mismo país hay diferencias propiciadas principalmente por las condiciones que les brindan principalmente sus autoridades a sus habitantes. Se requiere por lo tanto estabilidad, suelo parejo para la libre competencia y dar las facilidades necesarias.

Es así que mientras en las entidades y municipios más corruptos y alta tasa de impunidad el desarrollo económico está estancado, como es el caso de Acapulco, en otras zonas del país se ha generado el ambiente propicio para aplicar el talento local en acciones que detonan riqueza.

Y en la mayor parte donde se logra crecer armónicamente las competencias digitales están por encima de los productos o servicios tradicionales, que son los que atienden quienes quieren emprender.

Hay que empujar porque en regiones como Guerrero y Acapulco se den las condiciones propicias para generar empleo, oportunidades, educación y desarrollo.

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